martes, 27 de noviembre de 2018







Inercia




No se distingue el sol de su llama interior
Es un tren que no tiene frenos
No importa lo que aparezca en su camino
Nada lo detiene
Existe una energía intangible que lo mueve
A veces puede bajar la velocidad pero nunca detenerse
Robles cayeron ante él
Y los destruyó
A su tiempo
A su manera
Con la simple motivación de avanzar
Va de estación en estación hace años
Y aún le queda combustible para rato



                                                                                                  Rorro

viernes, 9 de noviembre de 2018




Accidente





Era un accidente
Como lo es todo el universo
Su existencia no fue planeada
Como la de todo ser vivo
El sin sentido era su destino
Como el de todo ser humano
Tenía neurotransmisores que transmitían información 
Como todos los cerebros
Tenía células que crecían demasiado rápido
Como todos los seres con cáncer
Tenía incoherentes ganas de vivir
Como las de todo ser vivo
Su permanencia si fue planeada
Su imaginación era infinita
Como lo es todo el universo 



Rorro 



lunes, 5 de noviembre de 2018



Mar Abierto





Un conjunto de olas comenzaron todo
Un Tsunami te obligó a tomar los remos
Una presencia intangible te empujó al mar
Y tuviste que aprender a nadar a la fuerza
Al principio sentiste que te ahogabas
No encontrabas por dónde salir a respirar
Unos pequeños salvavidas te mantenían vivo
Cada tanto sentiste que podías volver a ahogarte
Pero desde que te diste cuenta que flotabas
Seguiste nadando como un delfín 
Con la total seguridad
De que nunca te ibas a hundir 


                                                                               Rorro

sábado, 20 de octubre de 2018





Metamorfosis



Perseguía una piel que se desintegraba
Pelo, agujas y botellas dejaba a su paso
Un ratón blanco pasaba entre sus pies
El sol arriba suyo, ayudaba a desintegrar la piel
Pero seguía caminando sin inmutarse
Yo lo seguía con cansancio
Cada vez costaba más seguirle el paso
Comenzaron a brotar plumas debajo de esa piel quemada
Y como una oruga que se convierte en mariposa
Un halcón surgió de esa piel marchita
Sus alas se abrieron
Y voló directo al sol
Tan liviano como el aire
Tan brillante como el oro
Y yo quedé de pie en el asfalto de la ciudad
Mirando al halcón volar
Sonriendo
Hasta que el viento me hizo desaparecer
Y dejé de existir




                                                                                                                 Rorro

viernes, 19 de octubre de 2018






El Edificio


Para él era alto como un edificio
Con los años los pisos eran cada vez menos
Sus ventanas se agrietaron
Las palabras no le llegaban
Todas sus habitaciones estaban llenas de botellas
Eran tantas que él ya no podía pasar la puerta
Eran tantas que se rompieron
Y el vidrio comenzó a cortar a los demás
Eran tantas que ni siquiera podía ver cómo los cortaba
Los gemidos de dolor de los demás lo espantaban
Así que llenó las habitaciones con más botellas
Para tapar los gritos
Hasta que ya no escuchó nada más




                                                                                                                       Rorro

sábado, 13 de octubre de 2018



Claridad




El camino empieza a aclararse
Las rutas se hacen visibles
El molde se afirma
Cada vez es más difícil que lo muevan
Cada vez es más fácil funcionar
Parece impenetrable pero no
Solo es selectivo
Sabe cuando quiere abrir la puerta
Y cuando no
Tiene las preguntas
Tiene las respuestas
Tiene la energía
Su guía es
El
Deseo. 



                                                                            Rorro

viernes, 12 de octubre de 2018





La vida vale la pena
Solo por estos momentos 
En los que la dopamina y la serotonina
Suben a niveles altísimos 
Raspando entre personas, circunstancias y decisiones
Ese es nuestro premio
Somos cómo perros con un pedazo de carne
Atado a su collar persiguiendo eternamente
Ese instante
¿Y qué tendría de malo?
Es más, creo que es la mejor manera posible de vivir
Siendo nosotros mismos los que se atan 
Ese pedazo de carne en el collar
Para perseguirlo eternamente
Hasta que la naturaleza
Nos ponga
El
Punto
Final. 




                                                                                                               Rorro

lunes, 13 de agosto de 2018

                            Ladrón de Días



Soy un ladrón
La naturaleza intentó matarme
Pero gracias al siglo en que nací
Pude robar más días
La naturaleza decidió que yo no debía estar acá
Pero estoy acá
Mi voluntad y la ciencia se unieron y me convirtieron en un
Ladrón de días
Y ahora, armado y con experiencia
Continuo asaltando los Bancos de la Vida
Robando todos los días que puedo
Y sigo sonriendo
Hasta el día en que me atrapen




                                                                                         Rorro




lunes, 30 de abril de 2018


Lo Que Importa




Estoy enamorado de tus cicatrices
Adoro la forma en que usas tu lupa para ver la existencia
Me encanta que estés hambrienta de arte
No importa si sabés que respiro
No importa si sabés qué sonrisas creas
Solo importa que encuentres lo que necesitás 
Donde sea
De la forma que sea
Con quien sea
 


                                                                                                 Rorro

jueves, 26 de abril de 2018

                    Un Guerrero Disfrazado






Cuando estás internado lo único que realmente querés es irte. 
 Así que hacés lo más parecido que encontrás a irte: Caminar por el pasillo. En uno de esos intentos de escapar de mi realidad por un rato, salí a pasear un poco con mi madre.
 La caminata consistía en salir de la habitación y llegar hasta las sillas que estaban al final del pasillo. Eran unos pocos metros pero que al estar tan débil y con todo el equipo del suero conectado parecían kilómetros.
 La principal función de esta caminata era la de intentar volver  a sentirme como una persona normal, pero rara vez daba resultado. A mis pocos 16 años de existencia me sentía como un anciano, podía ver la escena como si estuviera fuera de mi, un chico sin ningún cabello en su cabeza, delgado al extremo, con una cara apagada, triste, sin energía. Caminaba como un viejo en un geriátrico, conectado a todos esos aparatos, intentando volver a sentir la frescura de su juventud, que no aparecía.
 Al sentarme en las sillas intentaba hacerme creer que estaba ahí como cualquier persona que va a visitar a algún enfermo, que ese enfermo no era yo, y miraba todo el lugar como si hubiera ido por primera vez, sin lograrlo. Mi madre me hablaba, sin esperar mucha respuesta de mi, sabía que estaba muy cansado como para charlar con la cotidianidad que las personas charlan. Mis palabras se reservaban para pedidos necesarios. Esa es una de las cosas que más duelen cuando uno está enfermo e internado, y que en la normalidad de la vida sana uno no parece registrar en absoluto. Cuando estás en esta posición necesitás ayuda para prácticamente todo, al igual que un anciano o un bebé. Con la complicación que es levantarse a cada rato con todos los aparatos conectados, te piden que orines en un papagayo (además porque controlan las sustancias de la orina) así que tenés que estar avisando y pidiendo que te lo pasen para poder orinar. Dependés de otras personas para poder ejecutar tus necesidades más básicas, otra vez.
 Así que mis palabras se reservaban para esos pedidos básicos y necesarios, pero no es de esto de lo que quiero hablar. 
 Quiero hablar de una persona que conocí en esas sillas al fondo del pasillo, una joven persona de unos 8 u 9 años, podrían ser más, no estoy seguro, todos parecemos más diminutos al estar delgados y sin ningún pelo en la cabeza, lo que si estoy seguro es que ese niño era más joven que yo.
 Tenía muchas cosas físicas en común con ese nene, los dos estábamos completamente lampiños, eramos de baja estatura y estábamos muy delgados causa del tratamiento que llevábamos a cabo. Pero solo eso teníamos en común, las cosas físicas, en cuanto al comportamiento a este niño se lo veía enérgico, charlatán, animado, en contraste con mi absoluto silencio y mis muecas de sonrisa forzada para no mostrarme demasiado apático, aunque en mi interior la estaba pasando bien escuchando a este niño, me distraía de mi realidad más que el intento de la caminata por el pasillo, pero debido al cansancio mis reacciones eran muy limitadas.
 Mi madre era la que contestaba las preguntas del nene, e intercambiaba palabras con la madre de este, que estaba detrás, sonriente, contemplando la escena, mientras yo permanecía callado observando todo. 
 No recuerdo la mayoría de las cosas que dijo el chico, todo esto pasó en el año 2011, hace 7 años, solo recuerdo unas palabras que emitió que resonaron en mi mente todo este tiempo como para que decida escribir este relato.
 Después de contarnos, a su manera, el proceso de su tratamiento y el tiempo que llevaba practicándolo, expresó sus ansias de finalizarlo de una vez por todas y (usó estas exactas palabras) "Volver a vivir". Mis ojos se abrieron un poco más de lo que estuvieron durante toda la conversación. No podía creer que un nene de 8 años acabara de pronunciar una frase así. Tan simple y tan profunda. Su imagen tan infantil contrastaba con esas palabras tan adultas y certeras. ¿Cómo llegó este niño a utilizar estas palabras? pensé. ¿Cómo su corta existencia lo llevó a generar esa frase? Noté que al decir estas palabras suspiró, y su mirada siempre alegre y movediza hasta el momento, se volvió seria por un leve instante, un instante casi imperceptible para el ojo común, pero no para el mío. Yo entendía esa mirada. Una mirada que ocultaba una lucha muy intensa detrás. Una mirada que solo podían tener niños que fueron sometidos a una situación tan ajena a la infancia/juventud que debieron tener, y de a poco se están adaptando, gracias a sus hambrientas ganas de vivir.
 Nunca supe el nombre de este niño. Nunca supe qué fue de él. Tal vez volvió a vivir como él tanto deseaba, tal vez no. Lo único que sé es que nunca olvidé sus palabras. Quedaron en mi mente y de tanto en tanto volvieron durante todos estos años. Sabía que en algún momento dibujaría o escribiría sobre ellas y sobre este guerrero disfrazado de niño.





                                                                                          Rorro